Desde que la Unión Europea lanzó la nueva regulación PSD2, las compras online se han vuelto mucho más seguras y confiables, con un blindaje extra para fraudes y mejor respuesta ante reclamaciones. Aquí te explicamos en qué consiste y cuáles son sus beneficios.

Cada vez que tenemos la tarjeta en una mano y el móvil en la otra, nos surgen algunos temores antes de dar el clic definitivo a “comprar”. Y es que aunque la compra online ya se ha instalado definitivamente entre nuestros hábitos de consumo, siempre existe algún resquemor o desconfianza.

La buena noticia es que desde septiembre del 2019 está en vigor la nueva regulación europea PSD2, que estipula una serie de condiciones para garantizar la seguridad de las transacciones electrónicas.

En primer lugar, se han eliminado los intermediarios entre el comercio, el consumidor y sus respectivas cuentas bancarias, dando menos cabida a posibilidades de fraudes o estafas. Pero además, se han reforzado los procesos de autenticación y agilizado los plazos de respuesta de las entidades bancarias ante reclamaciones.

Los bancos, la tecnología y el comercio se han adaptado a este nuevo sistema que se aplica a todos los pagos digitales de Europa.

Las ventajas para el comprador

Además de hacer más ecuánime el mercado europeo de los pagos electrónicos, esta nueva normativa ofrece a los consumidores más opciones entre las que escoger y, como consecuencia, precios más competitivos.

A través de un sistema de doble autenticación, el usuario o consumidor puede estar más seguro sobre posibles suplantaciones de identidad y fraudes electrónicos. Herramientas como códigos PIN, demostrar posesión del teléfono móvil que hace la compra a través de un SMS con un código OTP o contraseña de un solo uso, el escaneo de tarjeta o dispositivo de un código QR, huellas dactilares e incluso reconocimiento de voz o geometría de cara y manos, son ahora mecanismos habituales para garantizar nuestra seguridad al pagar.

Si a pesar de todas las medidas de seguridad, el consumidor fuera víctima de un timo o estafa, la responsabilidad del consumidor se ha reducido a 50 euros, siendo que anteriormente era de 150 euros.

Por otra parte, las compras electrónicas experimentarán un ahorro, ya que los pagos con tarjeta no podrán tener recargos de acuerdo a PSD2.

En definitiva, la optimización, eficiencia y confiabilidad del sistema de pagos electrónicos recibió una actualización más que necesaria y conveniente para todos los eslabones del comercio.